El Ajedrez ha sido calificado a menudo como un deporte, como un juego,
como un arte y como una ciencia. En efecto, es un deporte porque su
práctica competitiva (amateur y profesional), a través de torneos, está
extendida por todo el planeta. Es un juego porque supone una diversión
para aquellos que lo entienden y practican, es un arte porque su
perfeccionamiento lleva a los más diestros a realizar bellísimas
partidas de espectacular plasmación. Y es ciencia, porque el análisis
matemático y la deducción lógica se combinan con la intuición y la
experiencia en la búsqueda de soluciones y métodos que llevan al éxito a
quienes las emplean.
EL AJEDREZ DESARROLLA EN LOS NIÑOS: o Concentración. o Potencia de cálculo. o Capacidad lógica. o Capacidad de síntesis. o Análisis. o Capacidad de aprendizaje. o Atención. o Capacidad espacial. o Creatividad. o Interés en aprender. o Comportamiento. o Imaginación. o Desarrollo de memoria. o Agilidad mental.
Hay que tener en cuenta que las actividades a realizar van
dirigidas a alumnos/as de Educación Preescolar, Primaria, Secundaria y
Bachillerato, etapa educativa donde los procesos de enseñanza y
aprendizaje basados en juegos y deportes, adquieren una especial
trascendencia, sobre todo en juegos simbólicos y reglados (como el caso
del ajedrez), que ayuden a procesos de desarrollo social y cognitivo,
potenciando habilidades. Además, el Ajedrez practicado en grupo
ayuda a la integración social del alumnado, favoreciendo la interacción
de los alumnos/as con sus compañeros/as, planteando soluciones y
análisis colectivos y participativos a la hora de la resolución de los
problemas.
|