¿POR
QUÉ ES CONVENIENTE QUE EL AJEDREZ ESTÉ EN LAS ESCUELAS? ¿QUÉ
BENEFICIOS ACARREA AL ALUMNADO LA PRÁCTICA DE AJEDREZ? ¿Qué puede aportar
el ajedrez a las escuelas? ¿Por qué se incluye frecuentemente como actividad
recomendable para los estudiantes? Son preguntas contestadas hace ya mucho
tiempo, sobre las que se ha alcanzado un amplio consenso debido a las múltiples
investigaciones y experiencias llevadas a cabo relacionadas con el ajedrez con
el fin de comprobar capacidades, habilidades y valores de diferentes tipos que
el ajedrez fomenta en aquellas personas que lo practican. Podemos
contestar a estas y otras preguntas relacionadas con el tema del ajedrez como
herramienta educativa comentando algunas de las aportaciones que el ajedrez
genera en quienes lo practican. ·
Aumenta la capacidad de concentración: una de las causas más frecuentes con las que se relaciona el fracaso escolar es la falta de
atención y concentración de los estudiantes, una capacidad que se puede
fomentar fácilmente con la práctica del ajedrez, ya que requiere por parte del
jugador un alto grado de concentración y observación para desarrollar la
partida adecuadamente. ·
Ejercita la memoria: ya sea la memoria a corto plazo, para recordar los
movimientos que se han desarrollado durante la partida, o a largo plazo, para
no olvidar otras partidas jugadas. La multiplicidad de alternativas con que se
encuentra el jugador de ajedrez tiene como resultado una mejora en su capacidad
de retener y recordar datos en su mente. ·
Desarrolla el razonamiento lógico
matemático: está demostrado que el razonamiento y el proceso de
análisis utilizado en el juego de ajedrez es muy similar al que se usa en las
matemáticas y, por lo tanto, su práctica puede ser beneficiosa para mejorar las
aptitudes matemáticas de los alumnos. ·
Mejora la capacidad de resolución de
problemas y toma de decisiones: durante la partida
el jugador de ajedrez se enfrenta a multitud de problemas que debe resolver,
analizando todas las situaciones posibles y eligiendo la más adecuada. ·
Incrementa la autoestima y el afán de
superación: cada partida es un nuevo reto para el jugador que
intentará mejorar su habilidad para jugar cada vez mejor; así mismo, cada vez
que gana una partida, aumenta su autoestima y valora su pericia en el juego. En
el caso de perder contribuye a potenciar su autocrítica. “Se aprende más de una derrota que de cien
victorias” José Raúl Capablanca. ·
Ayuda a aprender a reflexionar, planificar
y prevenir: en cada movimiento el jugador debe reflexionar sobre todas las jugadas posibles y los ataques que
puede recibir de modo que pueda anticiparse a las respuestas del contrario y
tener prevista con antelación todos los posibles ataques y defensas.
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