Su figura esbelta denota fortaleza, su movimiento es muy simple, se desplaza en línea recta por filas y columnas; movimiento que aparentemente no tiene chiste, pero su riqueza va más allá de su movimiento, es una pieza valiosa y poderosa, su largo alcance da control absoluto. La figura de la torre pareciera una estructura protectora de los castillos medievales, cualidad falsa dentro de sus virtudes: una torre es el carro de batalla, es una estructura de lucha, y su fuerza mayor se centra en el ataque.
En un principio, su tarea es cuidar el corredor principal del castillo, resguardar al rey con un enroque, esperar pacientemente o predecir en qué columna se abrirá primero. En el medio juego, la torre debe entrar en acción, buscará las columnas abiertas para tener mayor fuerza, saldrá a casillas seguras donde apoyará ataques en flancos, incluso podrá sacrificarse por un caballo en f6 o f3 para debilitar un enroque enemigo. Una de las mejores artimañas consiste en doblar torres en la misma columna, lo que permitirá conquistar la séptima u octava fila y conseguir, desde campo enemigo, doblegar al contrincante.
Las torres maniobran con mucha facilidad, pueden dar dobletes, jaques a la descubierta, originar un tremendo remolino como aquel legendario ataque de Carlos Torre frente a Lasker, o sólo dedicarse a apoyar el trayecto de un peón que pretende coronarse. Una torre encerrada no tendrá valor alguno, la torre necesita espacio sentirse libre y poderosa, no se hizo para proteger piezas o peones, sino para destruir fortificaciones enemigas.
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Su peor enemigo es el caballo, su mejor aliado el alfil, su mayor fortaleza los finales y su gran alcance su virtud. Una torre podrá dar mate en octava, en séptima destruye enemigos, en primera y segunda brindarán protección, en tercera apoyará en ataques prematuros y en cuarta bloqueará estratégicamente los jaques de otra torre si nuestro rey apoya a un peón por coronar. Su habilidad destructiva cobra fuerza en los finales donde alcanza su máximo esplendor, en campo abierto todas las casillas estarán a su alcance. Una torre por si sola es capaz de acorralar y dar jaque mate al rey enemigo, y cuando el rey contrario es obstruido por sus propios soldados, una torre podría cobrar victoria. Si una torre domina una fila o columna, otorga una ventaja significativa en la partida.
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