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Una mujer en un café estaba exponiendo su idea de lo que era para ella un perfecto esposo:
-el hombre con el que yo me case debe ser brillante, le tiene que gustar estar acompañado, debe ser musical, decir chistes, que cante y que esté en la casa todas las noches. Un borrachito estaba en otra mesa cerca y estaba oyendo la conversación, le dice:
-Perdone, señorita, hic, lo que usted necesita es u |
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